Endometriosis.

¿Qué es la endometriosis?

La endometriosis es ginecológica crónica y debilitante caracterizada por la presencia de glándulas y estroma endometrial. El estroma endometrial son células propias del tejido endometrial que recubre el útero, fuera de la cavidad uterina. Dicho tejido es hormono-dependiente y actúa según los ciclos hormonales de cada mujer. Dicha característica, hará que a pesar de encontrar tejido endometrial fuera de la cavidad uterina, en cada menstruación sangrará como lo haría si estuviera en lugar de origen. En consecuencia, generará adherencias y alteraciones anatómicas allá donde esté presente.

La endometriosis es una enfermedad inflamatoria estrógeno-dependiente de origen desconocido. Afecta aproximadamente un 10-20% de mujeres en edad fértil de cualquier etnia-raza y grupo social. Las manifestaciones clínicas abarcan un amplio espectro encontrando desde personas asintomáticas, hasta formas severas y crónicas con síntomas dolorosos intensos. También puede asociarse la infertilidad de la mujer como síntoma. La endometriosis requiere varias intervenciones quirúrgicas y para las que no se consigue, un tratamiento curativo.

Progresión de la endometriosis.

La enfermedad, en algunos casos, puede ser progresiva. Hasta en un 50% de casos con una velocidad de progresión variable e impredecible. También, en el 50% de casos es recurrente, de forma que puede catalogarse como una enfermedad crónica e invalidante. En especial, para el subgrupo 3 y sobre todo 4, con endometriosis más grave (endometriosis profunda). Estos subgrupos, suelen presentar síntomas graves que pueden persistir a pesar de recibir un tratamiento médico o quirúrgico adecuado.

A causa del dolor debilitante y crónico, la esterilidad asociada y su incerteza sobre el futuro debido a la posibilidad de cirugías repetidas y los efectos secundarios asociados al tratamiento médico, las pacientes con endometriosis ven afectada considerablemente su calidad de vida. Estos aspectos fueron remarcados por la European Society for Human Reproduction and Embriology (ESHRE) que enfatizó la complejidad del tratamiento de la endometriosis avanzada. Además inciden en la necesidad de referir las pacientes a centros que dispongan de la experiencia necesaria para ofrecer todos los tratamientos disponibles en un contexto multidisciplinar.

Grados de la endometriosis.

La endometriosis se clasifica en distintos grados:

  • Endometriosis grado 1: El grado mínimo que aparece en la superficie uterina.
  • Grado 2: Aparecería penetrando sobre las paredes uterinas.
  • Grado 3: Donde ya encontraríamos la endometriosis profunda. Puede aparecer en forma de endometriosis ovárica, o en otros puntos del abdomen, en forma de quistes endometriósicos u otros.
  • Y por último, la endometriosis de grado 4: Correspondería a la endometriosis severa, en la que la endometriosis profunda generaría un quiste endometrial y adherencias en distintos órganos abdominales, como la endometriosis intestinal.

Clasificación en función de localización.

  • Endometriosis superficial, en las que aparecen focos en la superficie peritoneal.
  • También tenemos la endometriosis ovárica, dando lugar a quistes en los ovarios, como es el quiste de chocolate.
  • Endometriosis profunda, como es el caso de la endometriosis intestinal, que tiene un peor pronóstico.

Causas de la endometriosis. Fisiopatología.

Una de las hipótesis más aceptadas sobre el mecanismo de aparición de la enfermedad es la menstruación retrógrada. Este aspecto se observa en el 90% de todas las mujeres, tengan o no endometriosis. Factores de predisposición adicionales de origen desconocido o poco conocido (factores genéticos, inmunológicos, hormonales, medioambientales, etc.) permitirían que el tejido endometrial que alcanza la cavidad peritoneal mediante la menstruación retrógrada implantara, proliferara y se descamara cíclicamente (de la misma manera que el tejido endometrial eutópico) con la consiguiente inflamación y fibrosis de la zona afecta.

Otra hipótesis sobre el origen de la enfermedad defiende la transformación o metaplasia del peritoneo en tejido endometriósico.

Endometriosis. Factores de riesgo.

La identificación de factores de riesgo de la endometriosis es compleja. Se han estudiado factores relacionados con la reproducción y la menstruación, el fenotipo de la mujer, los estilos de vida, ambientales y genéticos.

Factores relacionados con la reproducción y la menstruación.

Situaciones que suponen una mayor exposición a los cambios hormonales (menarquia precoz, menopausia tardía, acortamiento del periodo intermenstrual, mayor duración de la menstruación, mayor volumen de la menstruación, reducido número de hijos, de hijas o de hijos e hijas…) parece incrementar el riesgo de endometriosis de manera significativa. Igualmente, la lactancia parece reducir el riesgo de la enfermedad.

Factores asociados con el fenotipo de la mujer.

Se ha descrito una asociación entre sobrepeso y endometriosis. Otras asociaciones de un fenotipo concreto (color de la piel, del cabello, etc.)

Factores relacionados con estilos de vida.

El ejercicio, el tabaco, el alcohol y la cafeína han sido relacionados con la incidencia de endometriosis, aunque la evidencia, de nuevo, no es sólida y en ocasiones contradictoria.

Factores ambientales:

La exposición a dioxinas y compuestos bifenil-policlorinados (PCB) se ha correlacionado de manera experimental con la endometriosis.

Factores genéticos.

Los factores genéticos son aquellos, junto con los relacionados con la reproducción y la menstruación, respecto de los cuales existe una evidencia más sólida que les vincula con el riesgo de endometriosis.

Endometriosis. Fisopatología.

La enfermedad consiste en la implantación y crecimiento benigno de tejido endometrial (glándulas y estroma) fuera del útero, de predominio en el peritoneo pélvico y los ovarios. La extensión de la enfermedad varía desde pocas y pequeñas lesiones hasta grandes endometriomas ováricos y/o grandes y extensos nódulos y adherencias que causan una severa distorsión de la anatomía pélvica normal.

Las localizaciones más frecuentes son el ovario, peritoneo, ligamentos uterosacros y fondo de saco de Douglas (siendo raros fuera de la pelvis, aunque pueden afectar a cualquier órgano). En la pelvis pueden afectar e invadir órganos diferentes de los genitales internos, como el intestino, frecuentemente recto y/o sigma, vejiga y uréteres. En otras ocasiones el tejido endometrial ectópico se localiza en el espesor del tejido miometrial uterino produciendo una variante de endometriosis llamada adenomiosis que puede ser difusa o focal. El tejido endometriósico tiene dependencia hormonal del ciclo menstrual, produciéndose sangrado y desprendimiento del mismo con la menstruación. Tiene capacidad para crecer, infiltrar e incluso diseminarse de forma similar al tejido tumoral. Aunque, su transformación maligna es muy rara.

El sangrado cíclico conduce a una respuesta inflamatoria, con fibrosis y formación de adherencias secundarias. Esto, causa en parte los síntomas de la enfermedad.

Endometriosis. Diagnóstico.

La endometriosis es una enfermedad que se suele basar en un diagnóstico de alta certeza, pero que no presenta criterios establecidos para ello. Por esta razón, el diagnóstico se llevará a cabo teniendo en cuenta la sintomatología, la respuesta a la exploración y los hallazgos encontrados mediante imágenes ecográficas y/o por resonancia magnética.

A pesar de lo anteriormente descrito, el Gold standard para su diagnóstico, será la Laparoscopia diagnóstica, con visualización directa de los focos y su confirmación histológica.

Actualmente se están estudiando posibles biomarcadores no invasivos, que permitan un diagnóstico de la enfermedad.

Endometriosis. Síntomas.

Los síntomas clásicos de la endometriosis son:

  • Dismenorrea (dolor en la menstruación) y de flujo abundante.
  • Dolor pélvico, abdominal o de espalda.
  • Disuria (molestias al orinar) sobre todo durantela menstruación.
  • Dispareunia (dolor o molestias en la penetración).
  • Disquecia (molestias y/o dificultad en la evacuación intestinal).

Numerosos autores consideran la infertilidad como un síntoma más de la endometriosis.

Los síntomas de la endometriosis son diversos, en ocasiones, con una importante afectación de la calidad de vida. Por otra parte, el 15-30% de las mujeres con endometriosis no presentan síntomas.

¿Cómo se trata la endometriosis?. Tratamiento Integrativo.

Alimentación recomendada para mujeres con endometriosis.

Tal y como hemos comentado, la endometriosis es una patología que no tiene cura. Nuestro objetivo como terapeutas, se centrará en mejorar los síntomas y aumentar la calidad de vida de las pacientes.  Es importante entender que el tratamiento debe ser individualizado. No todas las mujeres padecen la misma sintomatología y dependerá del estadio en el que se encuentre la enfermedad.

Teniendo en cuenta que es una patología de carácter inflamatorio y hormono-dependiente (hiperestrogenismo) se aplica una dieta antiinflamatoria enfocada en desinflamar la zona y a reducir los niveles de estrógenos.

La inflamación es un proceso natural que ayuda al cuerpo a defenderse y sanarse de multitud de daños y afecciones. Por lo tanto, no es un enemigo, sino el mecanismo que el cuerpo pone en marcha para atacar el agente invasor, cuando exista, y movilizar los compuestos necesarios para la reconstrucción. Gracias a ella, en condiciones normales la amenaza se elimina, la reparación finaliza y se activan procesos antiinflamatorios para minimizar el daño. Esta es la conocida inflamación aguda y es necesaria. 

Sin embargo, el problema aparece cuando este proceso, por diferentes motivos, se mantiene constantemente activo y se cronifica. Este tipo de inflamación crónica y silenciosa, es terriblemente dañina. Llevar a cabo pautas nutricionales de carácter antiinflamatorio tendrá un papel primordial en el manejo nutricional de la enfermedad. 

Cómo mejorar la inflamación a través de la alimentación.

Uno de los posibles factores patógenos que afectan a la endometriosis, son los niveles de prostaglandinas. Los ácidos grasos Omega-6 derivados de la dieta, son precursores de las prostaglandinas proinflamatorias PGE2 PGF2. Estos, probablemente hagan aumentar los calambres uterinos causando sintomatología. Sin embargo, el PGE3 y PGF3, derivados de los ácidos grasos Omega-3, se vinculan a precursores antiinflamatorios que mejoran la sintomatología.

Dado que el estilo de vida y en especial la alimentación, juegan un papel determinante en la resolución de la inflamación aguda y prevención de la inflamación crónica, la dieta antiinflamatoria se fundamenta en priorizar alimentos que ayudan a nuestro cuerpo a combatir la inflamación (antiinflamatorios), especialmente aquellos ricos en antioxidantes, y evitar todos aquellos que provocan, mantienen o agravan un proceso inflamatorio, aumentando los marcadores de inflamación sistémica.

Dieta antiinflamatoria. Alimentos a priorizar.

Alimentos naturales.

En realidad, las bases de esta dieta antiinflamatoria se fundamentan en una alimentación saludable y natural, mínimamente procesada. La filosofía de base es que nuestros antepasados ​​comieron una dieta basada principalmente en plantas y algunos animales salvajes, y eso es lo que, evolutivamente, se supone que nuestro cuerpo necesita para resolver procesos patológicos naturales, como es el caso de la inflamación.

Alimentación equilibrada.

La dieta antiinflamatoria debe proporcionar un equilibrio saludable de macronutrientes. Es decir, el equilibrio entre proteínas, carbohidratos complejos, verduras y grasas de calidad en cada comida. Es importante también que nos aseguremos de satisfacer también las necesidades de micronutrientes como las vitaminas, minerales, fibra y agua.

Frutas y vegetales.

Ricos en antioxidantes y flavonoides que ayudan a reducir la inflamación. De hecho, la dieta vegetariana ha demostrado poseer grandes propiedades antiinflamatorias.

Huevo.

Además del pescado azul, como proteína también se puede priorizar el huevo, dado que mejora indicadores de inflamación.

Pescado azul.

Sardinas, trucha, arenque, salmón, etc. Son excelentes fuentes de Omega 3 y vitamina D. Se asocian con menores tasas de inflamación, gracias a sus ácidos grasos EPA y DHA que reducen los marcadores inflamatorios.

Avena.

Posee capacidad antioxidante principalmente debido a la presencia de diferentes fitoquímicos que se consideran antioxidantes potentes y estudios más recientes apuntan hacia que también poseen efectos antiinflamatorios. 

Setas.

Portobello, champiñonesshiitake o melena de león. Poseen fenoles y otros antioxidantes que les confieren propiedades antiinflamatorias.

Aceite de coco y aceite de oliva (crudo).

Ambos han demostrado ser antiinflamatorios.

Especias y plantas.

Algunas son muy interesantes en la lucha contra la inflamación, como el jengibre, la cúrcuma, la canela, el ajo o el clavo. También determinadas plantas poseen propiedades antiinflamatorias, como el té verde.

¿Qué debemos saber sobre la histamina y la quercetina?

La histamina es una molécula que el cuerpo libera al exponerse a un alérgeno, normalmente inocuo. Los niveles de histamina también pueden verse alterados por la alimentación, al verse presente en alimentos que comemos. El útero es muy sensible a la histamina porque posee receptores de ésta, que interfieren en procesos de respuesta proinflamatoria. Cuando el cuerpo fabrica demasiada histamina se produce un exceso de estrógenos. En consecuencia, hace que empeoren los síntomas en caso de endometriosis. Por esta razón, en caso de desequilibrio hormonal severo, debemos realizar una pauta alimentaria baja en histamina.

La quercetina, es un componente antioxidante inflamatorio que inhibe la secreción de histamina. Podemos encontrarlo en numerosos vegetales, frutas (cebolla, manzana, brócoli, frutos rojos…) y semillas.

Alimentos a evitar en la dieta antiinflamatoria.

  • Azúcar: Se asocia con mayor inflamación y además, repercuten en los efectos antiinflamatorios de los ácidos grasos omega-3.
  • Carbohidratos refinados como harinas, pan y pasta: Están también ligados con mayor inflamación y en algunas personas el gluten. 
  • Aceites vegetales de semilla (especialmente refinados o hidrogenados): Contribuyen a la inflamación sistémica, especialmente al calentarse, por su elevado contenido de ácidos grasos omega-6 , que puede desregular el equilibrio entre omega-6 y omega-3.
  • Alimentos industriales: Suelen contener muchos de los ingredientes previos, además de aditivos. Muchos de ellos, químicos que el cuerpo no reconoce y pueden provocar inflamación.
  • Alcohol: Aumenta los niveles de inflamación y contribuye a la permeabilidad intestinal que facilita el paso de toxinas intestinales al torrente sanguíneo, afectando el funcionamiento orgánico general.
  • Carnes procesadas: La carne procesada es rica en compuestos inflamatorios como los productos finales de glicación, que se forman especialmente al cocinarla a altas temperaturas, y que se asocian con la inflamación. 

Reducir los niveles de estrógenos llevando a cabo una dieta antiestrogénica.

Una buena alimentación será aquella capaz de lograr una auténtica modulación hormonal. Te propongo una dieta antiestrogénica que apoye la producción equilibrada de estrógenos, ayude a eliminar residuos hormonales tóxicos a través del hígado y el intestino y module la acción de los estrógenos en sus tejidos, favoreciendo una acción apropiada de los mismos en sus receptores.

Aromatasa, fábrica de estrógenos.

Los estrógenos se producen a partir de los andrógenos, conocidos como hormonas sexuales masculinas. Pero para que las glándulas puedan producir estrógenos a partir de andrógenos, necesitan un pequeño transformador. Ahí es donde entra en juego una enzima llamada aromatasa.

La aromatasa se concentra en los tejidos que necesitan estrógenos. En algunos tejidos disfuncionales, como la endometriosis, se hallan niveles anormalmente altos. Y, al producir excesivos estrógenos, favorecen el desequilibrio hormonal. La aromatasa se encuentra especialmente en las células grasas, también en el hígado, la piel, las glándulas suprarrenales, el cerebro, los senos, los huesos, los ovarios, las células de Leydig de testículos y placenta. Especialmente en las células grasas, de ahí la importancia, de mantenernos en un peso estable.

A través de la dieta podemos modular la producción y actividad de la aromatasa. Punto clave para mejorar nuestro desequilibrio de forma natural.

Alimentos y plantas que regulan la aromatasa.
  • Polifenoles (resveratrol): frutos del bosque (grosellas, arándanos frambuesas, moras), frutos secos (nueces y cacahuetes).
  • Quercetina: vegetales (tomate, ajo, cebolla, pimientos, remolacha y berenjena)
  • Flavonoides: frutas (manzana, naranja, uvas rojas), vegetales (brócoli, cebolla, ajo…).
  • Lignanos: cereales integrales, trigo sarraceno, frutos secos y semillas.
  • Esteroles: legumbres, frutos secos, aceite de oliva.
  • Ácido linoleico: frutos secos, semillas, aceite de semillas.
Aromatasa y tejido graso.

Tal y como hemos comentado, la aromatasa se encuentra especialmente en el tejido graso. No es un tejido inerte, sino un órgano endocrino muy complejo. Interviene en procesos de regulación de la inflamación, del apetito y del metabolismo de la insulina. Y además, de manera pasiva es un almacén de sustancias liposolubles (provenientes del ambiente, alimentos, productos de cosmética…) con actividad estrogénica. Todo ello nos lleva a un círculo vicioso en el que el tejido graso da lugar a mayor aromatasa y ésta a su vez, da lugar a mayor actividad estrogénica e inflamación. Para evitar este desequilibrio y salir del bucle, se recomienda por lo tanto tener una buena proporción de músculo y grasa”.

Mantener el sistema digestivo a raya.

El hígado convierte los estrógenos que circulan por la sangre en una sustancia residual para que el riñón pueda eliminarla. Disfunciones del hígado pueden acabar aumentando la actividad de los estrógenos y alterar su proporción. Es por ello que toda alimentación que mejore el funcionamiento del hígado, acompañado terapéuticamente de una buena depuración hepática, contribuirá a la mejora de tu salud hormonal.

Macrobiota y endometriosis.

Nuestro intestino está habitado por millones de bacterias, lo que se conoce como microbiota o flora intestinal. Aseguran el buen trabajo en equipo del hígado y el intestino, para llevar a cabo la digestión y la desintoxicación. Participan en la producción y eliminación de sales biliares, derivados del colesterol. Y además, en la producción y eliminación de las hormonas sexuales. Un buen funcionamiento de la mucosa intestinal y su flora bacteriana, ayudará a modular correctamente la actividad de la aromatasa y el control del peso. Dos factores esenciales en el tratamiento integrativo de la endometriosis.

El efecto regulador de los fitoestrógenos.

Los estrógenos actúan en las células de los tejidos que lo precisan a través de receptores (una especie de cerrojos inteligentes que, al acoplarse con la hormona estrogénica, transmiten sus mensajes específicos a la célula e influyen en su funcionamiento).

Los fitoestrógenos (estrógenos naturales presentes en plantas y alimentos), actúan sobre los receptores del tejido estrogénico, aportando un efecto beneficioso de modulación de la aromatasa. De este modo, son capaces de influir tanto en la producción de estrógenos como en su función.

Complementación ortomolecular y fitoterapia.

Tratamiento de la congestión pélvica y el dolor.

Decocción de plantas antiestrogénicas y descongestionantes pélvicos: salvia, sauce, ciprés, abedul, espino blanco con extractos de artemisa, caléndula, tomillo y milenrama.

Tratamiento general.

Vitaminas del grupo B.

Son necesarias para la metabolización de estrógenos. Además, un déficit de vitamina B6 da lugar a una mayor concentración de estrógenos en detrimento a los niveles de progesterona. Se encuentran en cereales integrales, legumbres y frutos secos entre otros.

Ácidos Grasos Omega-3:

Precursores de prostaglandinas desinflamatorias (PG-E1 y PG-E3) y sumamente activas en procesos inflamatorios, espasmódicos y de agregación plaquetaria

Ñame o Wild Yam (Disoscorea Villosa).

Planta con actividad reguladora hormonal progestágena. Ayudará a reducir los niveles de estrógenos. Alto poder antinflamatorio y antiespasmódico.

Probióticos.

Ayudarán a modular correctamente la actividad de la aromatasa y el control del peso, factores importantes en el manejo de la endometriosis.

Drenador hepático.

Nos ayudará a eliminar adecuadamente el exceso de estrógenos circulantes favoreciendo su eliminación a través del riñón.

​Práctica de ejercicio físico.

El ejercicio físico practicado de forma habitual es altamente recomendable para la salud, tanto física como psicológica, por varias razones:

  • Genera endorfinas: proteínas que actúan como neurotransmisores del bienestar y el placer. Nos ayudan a aliviar el dolor, el malestar y a tener una sensación de felicidad. Se generan con el ejercicio practicado de forma habitual y realizando ejercicios de relajación (como el yoga o el tai-chi), escuchando música, estando en contacto con la naturaleza o riendo.
  • Reduce la sensación de agresividad, el estrés y la ansiedad.
  • Mejora la forma y resistencia física: aumenta el tono y la fuerza muscular, aumenta la flexibilidad y reduce la sensación de fatiga.
  • Regula la presión arterial, mejora la circulación, mantiene la densidad de los huesos y mejora el ritmo cardíaco y de la respiración.
  • Mejora la resistencia a la insulina y rebaja el nivel de estrógenos en nuestro organismo.
  • Mantiene el peso corporal, aumentando la autoestima, y rebaja la grasa corporal.
  • Mejora el descanso y la calidad del sueño.

Recomendaciones importantes a tener en cuenta.

En mujeres afectadas de endometriosis la realización de ejercicio físico debe adaptarse al grado de evolución de la enfermedad y su sintomatología.

El tipo de ejercicio y su intensidad (aeróbico o de resistencia) o el tiempo dedicado a practicarlo, deberá ser progresivo, más aún si se han pasado largos períodos de inactividad o reposo debido a cirugías o sus síntomas. Lo más adecuado es consultar con profesionales (entrenadores y/o fisioterapeutas) para encontrar el ejercicio o modalidad deportiva más adaptada a nuestras necesidades.

Disciplinas como el pilates, yoga o tai-chi, aúnan el ejercicio y los estiramientos, con la meditación y la relajación, resultando muy convenientes para este tipo de patología.

También es interesante apuntar que, en mujeres con síndromes adherenciales severos o cicatrices recientes, la práctica de deporte deberá ser supervisada por un profesional para adaptar la intensidad de los ejercicios a sus necesidades.

​Existe evidencia científica de que, la práctica habitual de ejercicio aeróbico alivia los síntomas de la endometriosis y reduce los niveles de estrógenos, lo que retrasa el crecimiento del tejido endometrial en otras zonas fuera del útero.

Gestión emocional para el tratamiento de la endometriosis.

La endometriosis es una patología que afecta a la mujer de forma integral a nivel bio/psico/social/espiritual.

Endometriosis. Síntomas.

Los síntomas como cambios de humor, irritabilidad, apatía, nerviosismo, baja autoestima, insomnio o incluso fuertes depresiones, ataques de pánico o trastornos como la agorafobia son algunos de los problemas que puede conllevar sufrir esta enfermedad.

Estos síntomas pueden ser causados por varios factores, como:

  • Trastornos hormonales asociados
  • Tratamientos de fármacos hormonales
  • Indiferencia del entorno ante la enfermedad
  • Limitaciones de la afectada en su día a día
  • Imposibilidad de ser madre por padecer infertilidad
  • Problemas en las relaciones sexuales

​El desconocimiento social del impacto de la enfermedad y sus consecuencias, causan a la mujer muchas de estas dolencias. La indiferencia en el terreno laboral, la falta de información, la deficiente atención sanitaria o la pérdida de la identidad femenina, causada por los problemas en el ámbito sexual o de reproducción, derivan en una situación difícil o incluso traumática para la paciente.

La ayuda de profesionales es totalmente indispensable para marcar las pautas a la paciente a seguir en el camino de su recuperación con el objetivo primordial de mejorar su calidad de vida.

¿Puedo quedarme embarazada?

La endometriosis disminuye las posibilidades de concebir de forma natural, pero debes saber que, bajo la supervisión de un profesional especializado,se puede lograr un embarazo.

Es una patología que está directamente relacionada con la infertilidad, se estima que un 30% de las mujeres afectadas por esta enfermedad tienen problemas para concebir un embarazo de forma natural.

La endometriosis es un auténtico reto para la medicina reproductiva actual, donde dependiendo del estadio o fase de la enfermedad, se deberán escoger aquellas técnicas de embarazo (inseminación artificial, fecundación in vitro u ovodonación) más oportuna y que mejor se adapte a las necesidades de la persona.

En pacientes jóvenes diagnosticadas con endometriosis la posibilidad de preservar su fertilidad congelando sus ovocitos e incrementando las posibilidades de poder ser mamá en un futuro. Es sin duda una opción a considerar ya que esta enfermedad es progresiva y la edad es un factor clave para la infertilidad femenina.

Por último, la cirugía laparoscópica es la técnica quirúrgica que puede ayudar a conseguir el objetivo del embarazo en una paciente con endometriosis. El objetivo de esta cirugía es eliminar el tejido endometrial que se halla en las zonas externas del útero y que puede estar perjudicando la aparición de embarazo o la evolución de éste.

En conclusión, es una enfermedad difícil de llevar para las mujeres que la padecen. Por esta razón, es necesario llevar a cabo unos hábitos saludables que permitan a la afectada tener la mejor calidad de vida posible. Si te decides en buscar ayuda profesional que te establezca las pautas que tu necesitas y te haga un seguimiento personalizado, puedes contactarme aquí.

Mire

Todas somos conscientes que la salud es importante, aunque a veces no le damos la transcendencia que se merece hasta que padecemos algún percance. Cuídate y mímate, no hay nadie mejor que tu misma para hacerlo. Tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán.

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